Los islandeses repudiaron su deuda externa en un referendo
La Capital (Argentina)/ 8 de marzo de 2010
Reikiavik — Un 93 por ciento de los islandeses rechazó en referendo el pago de 5.300 millones de dólares de deuda externa que el país mantiene con Gran Bretaña y Holanda. El referendo no tiene valor vinculante.
Islandia necesita un acuerdo con ambos países para desbloquear la ayuda extranjera que requiere para su debilitada economía. Pese a las consecuencias de rechazar el pacto, los islandeses lo hicieron de todas formas, una muestra de su enojo por lo que consideran abusivos términos de pago de Gran Bretaña y Holanda, y dado que ahora están seguros que podrían lograr un mejor acuerdo. Gran Bretaña y los Países Bajos ya han ofrecido términos más flexibles.
En el meollo del asunto está el pago de 3.500 millones de dólares a Gran Bretaña y 1.800 millones a Holanda como compensación de los fondos que esos gobiernos pagaron en 2008 a unos 340.000 clientes que tenían ahorros en el quebrado banco islandés por internet Icesave. Las sumas equivalen a la mitad del Producto Bruto Interno islandés.
Durante la jornada, entre 300 y 400 manifestantes desafiaron la lluvia y el fuerte viento para protestar contra el acuerdo, diciendo que Islandia debe centrarse en ayudar a sus propios ciudadanos a atravesar la crisis antes de pagar obligaciones con el extranjero. Todas las encuestas muestran que los islandeses creen que deben pagar la deuda, pero ven a los términos actuales del acuerdo como injustos. “Nosotros queremos pagar nuestras deudas, pero queremos hacerlo sin quedar en la bancarrota”, dijo Steinunn Ragnarsdottir, un pianista que votó en Reikiavik. Ahora resta ver cómo tomarán el referendo los acreedores extranjeros.
Reikiavik — Un 93 por ciento de los islandeses rechazó en referendo el pago de 5.300 millones de dólares de deuda externa que el país mantiene con Gran Bretaña y Holanda. El referendo no tiene valor vinculante.
Islandia necesita un acuerdo con ambos países para desbloquear la ayuda extranjera que requiere para su debilitada economía. Pese a las consecuencias de rechazar el pacto, los islandeses lo hicieron de todas formas, una muestra de su enojo por lo que consideran abusivos términos de pago de Gran Bretaña y Holanda, y dado que ahora están seguros que podrían lograr un mejor acuerdo. Gran Bretaña y los Países Bajos ya han ofrecido términos más flexibles.
En el meollo del asunto está el pago de 3.500 millones de dólares a Gran Bretaña y 1.800 millones a Holanda como compensación de los fondos que esos gobiernos pagaron en 2008 a unos 340.000 clientes que tenían ahorros en el quebrado banco islandés por internet Icesave. Las sumas equivalen a la mitad del Producto Bruto Interno islandés.
Durante la jornada, entre 300 y 400 manifestantes desafiaron la lluvia y el fuerte viento para protestar contra el acuerdo, diciendo que Islandia debe centrarse en ayudar a sus propios ciudadanos a atravesar la crisis antes de pagar obligaciones con el extranjero. Todas las encuestas muestran que los islandeses creen que deben pagar la deuda, pero ven a los términos actuales del acuerdo como injustos. “Nosotros queremos pagar nuestras deudas, pero queremos hacerlo sin quedar en la bancarrota”, dijo Steinunn Ragnarsdottir, un pianista que votó en Reikiavik. Ahora resta ver cómo tomarán el referendo los acreedores extranjeros.
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