dilluns, de juliol 14, 2008

Sebastián y la herencia de Pajín

Hace hoy una semana, el 37 Congreso Federal del PSOE reelegía a bombo y platillo a Rodríguez Zapatero como secretario general del partido y, de paso y casi como de puntillas, zanjaba una guerra sorda entre uno de los ministerios más fuertes de este Ejecutivo, el de Industria, y uno de los más criticados, el de Asuntos Exteriores.

La causa de disputa no era otra que los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD), una partida que acumula en 2008 un presupuesto de más de 2.500 millones de euros -cantidad nada desdeñable en momentos de asueto como el actual- y que tradicionalmente ha pertenecido a la cartera de Miguel Ángel Moratinos. Tradicionalmente, sí, porque en el Ministerio de Miguel Sebastián ya trabajan a destajo para remodelar el fondo y la forma de estos créditos que, previsiblemente a finales de año, ya estarán bajo el designio de Industria.

Mientras, la ascensión de Pajín a la troica del partido, y su consecuente abandono de la Secretaría de Estado de Cooperación -desde donde defendía a capa y espada los principios solidarios de Moncloa- no han hecho más que deslizar una alfombra roja a Sebastián. Sus planes para impulsar las exportaciones de las empresas nacionales, en detrimento de la solidaridad que siempre ha tenido Zapatero por bandera en su política exterior, han conseguido hacerse un hueco
En definitiva, el pragmatismo de Sebastián que tanto había chocado meses atrás con el altruismo de Zapatero, encuentra ahora vía libre, en lo que no deja de ser una muestra más del poder que el nuevo ministro va ganado en el conjunto del Ejecutivo.

Los detalles...

El proyecto de ley que Industria quiere presentar por todo lo alto a la vuelta de las vacaciones supondrá, pues, la reforma y división de los créditos FAD, que quedarán segregados entre Industria, Exteriores y Economía. Si finalmente saliera adelante, de la cartera de Sebastián dependería el nuevo Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) mientras que Moratinos controlaría el Fondo para la Promoción del Desarrollo (FPD). Por último, los presupuestos dirigidos a instituciones financieras serían administrados por el Ministerio de Economía y Hacienda.

En cuanto a las grandes cifras del proyecto, el FIEM contaría con un presupuesto de aproximadamente 600 millones de euros, mientras que Cooperación gestionaría algo más de 1.500 millones. Economía y Hacienda, por su parte, tendría un presupuesto de 470 millones. Pese a que Exteriores es aún la cartera con más peso en este cómputo, la división definitiva de estos créditos supone, sobre todo, un cambio de tendencia.

El nuevo FIEM se centrará en dar apoyo y potenciar la internacionalización de las empresas españolas, siempre que los proyectos sean de «interés nacional». Así lo explicó Silvia Iranzo, secretaria de Estado de Comercio, el pasado mes de junio en el Congreso, cuando justificó la propuesta de reforma por su propósito de «adaptar el sistema de apoyo financiero oficial a las nuevas exigencias y retos de los mercados internacionales».

Además, este instrumento se completará con una reforma del seguro de crédito a la exportación que gestiona, por cuenta del Estado, Cesce. El objetivo en este caso es evitar el sobreendeudamiento de los países más pobres, que quedarán excluidos de los créditos FIEM.

... y las críticas

No son pocas las voces críticas que han surgido en torno a la estructura actual de la ayuda al desarrollo. Una de las más representativas es, quizá, la de David Vegara, secretario de Estado de Economía, quien ha denunciado en el mismo Congreso la excesiva «concesión de donaciones a fondo perdido». De hecho, los datos son demoledores: «cerca del 50%del volumen total de la deuda externa de España proviene de los créditos FAD».

La medida, por tanto, tiene un importante calado económico (se presentará como un profundo plan de choque contra la crisis y el primer paso hacia un nuevo modelo de crecimiento económico) pero también político, pues, como se ha comentado, deja constancia del peso creciente de Sebastián en el equipo de Zapatero y dispara la imagen del ministro entre la clase empresarial.

Desde el punto de vista económico, la nueva iniciativa supone un importante empujón al sector exterior nacional, clave en un momento de debilidad de la demanda interna. Sin embargo, no deja de ser curioso el contraste entre el solidario discurso oficial y las medidas prácticas.
La ascención de la ex Secretaria de Cooperación a la cúpula del PSOE deja vía libre a Industria para hacerse con parte de los antiguos fondos de ayuda al desarrollo. Ahora, potenciarán las exportaciones.

Publicado en ABC.es por María Cuesta

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