Fundación Jubileo impulsa auditoría de deuda externa en Bolivia
La conformación de una comisión técnica para iniciar una auditoría de la deuda externa de Bolivia es impulsada por Fundación Jubileo y la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd), con el propósito de conocer los antecedentes y destino de los recursos que ingresaron al país en las últimas décadas y –con vista al futuro– contribuir a la definición de políticas de endeudamiento responsable.
Esta iniciativa fue positivamente acogida por los parlamentarios, en el marco de un enfoque conjunto, para crear una Comisión Especial de Auditoría de Deuda Externa en la Cámara de Diputados.
Bolivia tiene una larga historia de endeudamiento externo, contraída por sucesivos gobiernos a nombre de la población. Sin embargo, la situación de pobreza se mantuvo y la desigualdad se incrementó. El país continúa siendo exportador de materias primas y el aparato productivo no es aún un impulsor del desarrollo.
A través de la auditoría de deuda se propone investigar el uso de los recursos provenientes de los créditos externos y las condiciones y condicionalidades asumidas desde 1970.
En el caso de Bolivia, una gran parte de la deuda antigua ha sido condonada, no obstante, Fundación Jubileo tiene por objetivo la transparencia del proceso de endeudamiento y la evaluación de los efectos e impactos que tuvo para la población.
A partir de los resultados que se obtengan de esta investigación, los poderes Ejecutivo y Legislativo tendrán insumos para:
- Realizar acciones correspondientes contra los responsables, si se evidencian daños al país.
- Mejorar los procesos de endeudamiento y seguimiento sobre el uso de los recursos, para no volver a cometer errores del pasado y para que las políticas financieras estén orientadas al desarrollo.
- Contribuir con insumos y casos específicos a iniciativas internacionales para generar procesos de arbitraje más justos.
- Contribuir con propuestas para eliminar las asimetrías entre acreedores y deudores.
- Elaborar estrategias de negociación frente a las condiciones y condicionalidades impuestas por organismos financieros.
- Evaluar la deuda social contraída por el Estado con el pueblo boliviano.
Respaldo parlamentario
La Fundación Jubileo y Latindadd presentaron esta propuesta en una reunión con algunos presidentes de comisión y otros congresistas, en una sesión de trabajo. La iniciativa también cuenta con el impulso del Parlamento Latinoamericano en Bolivia (Parlatino).
Posteriormente, de forma conjunta con la diputada Ximena Flores –animadora de este proceso al interior del Parlamento– se sostuvo una reunión con el Presidente de la Cámara de Diputados, Edmundo Novillo, para presentar los resultados obtenidos en la reunión con parlamentarios y definir los pasos a seguir para la conformación de la Comisión Técnica Especial.
El criterio compartido entre todas las instancias que promoverán la auditoría de deuda en Bolivia es que el trabajo sea rigurosamente técnico, con intervención de especialistas de otras áreas del sector público y con seguimiento de entidades y organizaciones de la sociedad civil boliviana.
El caso ejemplar de Ecuador y experiencias de otros países muestran que algunos contratos de deuda externa no fueron beneficiosos. Se tuvieron créditos ilegítimos en gobiernos dictatoriales, pero también en gobiernos democráticos; ilegales, porque no cumplieron con las normas; e ilícitos, porque estuvieron envueltos en casos de corrupción o porque financiaron proyectos que dañaron al medio ambiente.
La deuda externa en Bolivia
Bolivia pasó por una escalada de deudas desde su independencia. En los años de dictadura, hacia fines de los 80, los saldos sobrepasaron de 2.000 millones de dólares. Con la crisis de la deuda, este nivel se fue incrementando en los siguientes años, y con la implementación de la Nueva Política Económica, en 1987, superó los $us 4.000 millones, monto equivalente al 99,4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Las características que diferencian los dos periodos de endeudamiento (décadas 70 y 80) están relacionadas principalmente con su asignación, su composición y el flujo neto de estos recursos. En los 70 se observa que los créditos tuvieron como destino, en su mayor parte, el financiamiento de proyectos improductivos; en tanto que en la década del 80, especialmente a mediados, los préstamos se destinaron al financiamiento de reformas estructurales, con el argumento de reestablecer el equilibrio macroeconómico y alcanzar mayores tasas de crecimiento.
En la década de los 90 se implementaron otras reformas estructurales en el Estado, requiriendo más financiamiento externo. El saldo de deuda externa alcanzó a $us 4.800 millones, en 1995.
Posteriormente, los niveles de sobreendeudamiento llevaron a acceder a iniciativas de alivio de deuda, que disminuyeron levemente los saldos, pero el país continuó contratando nueva deuda hasta llegar, en 2003, a superar el saldo de $us 5.100 millones.
Los ciclos de endeudamiento continuaron en Bolivia. Una nueva iniciativa de alivio permitió que la deuda externa se redujera, en 2007, casi a la mitad, a $us 2.200 millones, el nivel más bajo registrado desde 1980.
En todo este tiempo, entre 1970 y 2008, se recibieron desembolsos de créditos externos por $us 12.200 millones, el país pagó $us 9.100 millones y los acuerdos de alivio superaron un total de $us 6.200 millones; pero la deuda es, hasta ahora, una cadena sin fin.
Esta iniciativa fue positivamente acogida por los parlamentarios, en el marco de un enfoque conjunto, para crear una Comisión Especial de Auditoría de Deuda Externa en la Cámara de Diputados.
Bolivia tiene una larga historia de endeudamiento externo, contraída por sucesivos gobiernos a nombre de la población. Sin embargo, la situación de pobreza se mantuvo y la desigualdad se incrementó. El país continúa siendo exportador de materias primas y el aparato productivo no es aún un impulsor del desarrollo.
A través de la auditoría de deuda se propone investigar el uso de los recursos provenientes de los créditos externos y las condiciones y condicionalidades asumidas desde 1970.
En el caso de Bolivia, una gran parte de la deuda antigua ha sido condonada, no obstante, Fundación Jubileo tiene por objetivo la transparencia del proceso de endeudamiento y la evaluación de los efectos e impactos que tuvo para la población.
A partir de los resultados que se obtengan de esta investigación, los poderes Ejecutivo y Legislativo tendrán insumos para:
- Realizar acciones correspondientes contra los responsables, si se evidencian daños al país.
- Mejorar los procesos de endeudamiento y seguimiento sobre el uso de los recursos, para no volver a cometer errores del pasado y para que las políticas financieras estén orientadas al desarrollo.
- Contribuir con insumos y casos específicos a iniciativas internacionales para generar procesos de arbitraje más justos.
- Contribuir con propuestas para eliminar las asimetrías entre acreedores y deudores.
- Elaborar estrategias de negociación frente a las condiciones y condicionalidades impuestas por organismos financieros.
- Evaluar la deuda social contraída por el Estado con el pueblo boliviano.
Respaldo parlamentario
La Fundación Jubileo y Latindadd presentaron esta propuesta en una reunión con algunos presidentes de comisión y otros congresistas, en una sesión de trabajo. La iniciativa también cuenta con el impulso del Parlamento Latinoamericano en Bolivia (Parlatino).
Posteriormente, de forma conjunta con la diputada Ximena Flores –animadora de este proceso al interior del Parlamento– se sostuvo una reunión con el Presidente de la Cámara de Diputados, Edmundo Novillo, para presentar los resultados obtenidos en la reunión con parlamentarios y definir los pasos a seguir para la conformación de la Comisión Técnica Especial.
El criterio compartido entre todas las instancias que promoverán la auditoría de deuda en Bolivia es que el trabajo sea rigurosamente técnico, con intervención de especialistas de otras áreas del sector público y con seguimiento de entidades y organizaciones de la sociedad civil boliviana.
El caso ejemplar de Ecuador y experiencias de otros países muestran que algunos contratos de deuda externa no fueron beneficiosos. Se tuvieron créditos ilegítimos en gobiernos dictatoriales, pero también en gobiernos democráticos; ilegales, porque no cumplieron con las normas; e ilícitos, porque estuvieron envueltos en casos de corrupción o porque financiaron proyectos que dañaron al medio ambiente.
La deuda externa en Bolivia
Bolivia pasó por una escalada de deudas desde su independencia. En los años de dictadura, hacia fines de los 80, los saldos sobrepasaron de 2.000 millones de dólares. Con la crisis de la deuda, este nivel se fue incrementando en los siguientes años, y con la implementación de la Nueva Política Económica, en 1987, superó los $us 4.000 millones, monto equivalente al 99,4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Las características que diferencian los dos periodos de endeudamiento (décadas 70 y 80) están relacionadas principalmente con su asignación, su composición y el flujo neto de estos recursos. En los 70 se observa que los créditos tuvieron como destino, en su mayor parte, el financiamiento de proyectos improductivos; en tanto que en la década del 80, especialmente a mediados, los préstamos se destinaron al financiamiento de reformas estructurales, con el argumento de reestablecer el equilibrio macroeconómico y alcanzar mayores tasas de crecimiento.
En la década de los 90 se implementaron otras reformas estructurales en el Estado, requiriendo más financiamiento externo. El saldo de deuda externa alcanzó a $us 4.800 millones, en 1995.
Posteriormente, los niveles de sobreendeudamiento llevaron a acceder a iniciativas de alivio de deuda, que disminuyeron levemente los saldos, pero el país continuó contratando nueva deuda hasta llegar, en 2003, a superar el saldo de $us 5.100 millones.
Los ciclos de endeudamiento continuaron en Bolivia. Una nueva iniciativa de alivio permitió que la deuda externa se redujera, en 2007, casi a la mitad, a $us 2.200 millones, el nivel más bajo registrado desde 1980.
En todo este tiempo, entre 1970 y 2008, se recibieron desembolsos de créditos externos por $us 12.200 millones, el país pagó $us 9.100 millones y los acuerdos de alivio superaron un total de $us 6.200 millones; pero la deuda es, hasta ahora, una cadena sin fin.
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