dilluns, de juliol 06, 2009

Creciente deuda podría traer próxima crisis a EEUU

Tom Raum. THE ASSOCIATED PRESS, 3 de julio de 2009

Los fundadores de Estados Unidos dejaron un legado que no se suele celebrar cada 4 de julio cuando llega el Día de la Independencia, pero que sí afecta a todo el país: la deuda nacional.

Estados Unidos se endeudó por primera vez para pagar por su guerra de independencia. Desde entonces, la deuda no ha parado de crecer y hoy llega a 11,5 billones de dólares o más de 37.000 dólares por cada habitante del país. Lo que es más, sigue aumentando un billón por año.

Esta montaña de deuda podría con facilidad convertirse en la próxima crisis económica si Washington no toma medidas, advierten los economistas. "A menos que mostremos un compromiso fuerte con la sustentabilidad fiscal en el largo plazo, no vamos a tener ni estabilidad financiera ni un crecimiento económico saludable", dijo hace poco al Congreso el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Las consecuencias inevitables serían impuestos más altos o beneficios y servicios federales reducidos, o ambos.

La deuda complica los intentos del presidente Barack Obama y del Congreso de enfrentarse a la peor recesión en décadas, ya que los gastos para estimular la economía y para salvar a los bancos coinciden con menores ingresos por impuestos para aumentar la brecha.

Los pagos de intereses de la deuda por sí solos costaron 452.000 millones de dólares el año pasado y fueron el renglón más abultado de gastos después de los seguros de salud Medicare y Medicaid, la seguridad social y la defensa nacional. La deuda está desplazando con rapidez a otros gastos del gobierno y al Tesoro le cuesta cada vez más encontrar nuevos prestamistas.

Estados Unidos tuvo un balance negativo por primera vez en 1790, cuando se hizo cargo de 75 millones de dólares en deudas de guerra acumuladas por el Congreso Continental.

Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro, dijo: "Una deuda nacional, si no es excesiva, será para nosotros una bendición nacional". Qué bendición. Desde entonces, el país sólo estuvo libre de deudas una vez, entre 1834 y 1835.

La deuda nacional ha crecido en tiempo de guerra y se contrajo en épocas de paz, pero por lo general se mantuvo en subida. En las últimas décadas, creció fuertemente, excepto entre 1998 y 2000, cuando hubo superávit en los presupuestos anuales, en parte debido a una economía sobrecalentada.

La deuda despegó con las guerras en Irak y Afganistán y el gasto para estimular la economía de los presidentes George W. Bush y Obama, respectivamente.

El cronómetro de la deuda nacional en un edificio cerca de la Plaza Times en Nueva York (inaugurado en 1989, cuando el país debía apenas 2,7 billones) se quedó sin dígitos suficientes en 2008 cuando el monto superó los 10 billones. Desde entonces, lo modificaron para que cupieran cifras más altas.

dijous, de juliol 02, 2009

La deuda exterior de España rompe otro récord y roza por primera vez los 1,7 billones de euros

Carlos Sánchez / EXTREMADURA PROGRESISTA, 1 de julio de 2009

La capacidad de la economía española para absorber dinero del exterior parece no tener límites. Los datos que dio ayer a conocer el Banco de España indican, en concreto, que la deuda externa se situó al acabar el primer trimestre del año en 1,68 billones de euros, alrededor del 165% del Producto Interior Bruto.

Esa cifra supone un avance de 21.617 millones respecto del último trimestre de 2008, y de nada menos que de 94.860 millones respecto a hace un año. Algo que pone de relieve que la economía española -incluso atravesando un periodo recesivo- necesita consumir capital extranjero a mansalva. Tanto que desde el año 2005 la deuda exterior ha crecido en nada menos que un 75%, lo que ha permitido financiar las necesidades de liquidez de los agentes económicos, altamente endeudados. En el primer trimestre de ese año no se alcanzaba si quiera el billón de euros, lo que refleja la intensidad del fenómeno.

Las instituciones financieras –bancos y cajas de ahorros- son, con diferencia, quienes deben más dinero al exterior. Nada menos que 781.791 millones de euros, lo que supone 15.000 millones más que en el trimestre anterior. De esa cantidad, algo más de 411. 000 millones son en empréstitos a corto plazo, lo que explica las dificultades de financiación que han tenido en los últimos meses en un contexto de restricción crediticia.

Las administraciones públicas, por su parte, que en los últimos años habían tenido un comportamiento más proclive al ahorro, han visto como se producía un cambio de tendencia. Hasta el punto de que en el primer trimestre de este año debían al exterior 235.620 millones de euros, 40.000 millones más que hace un año. El ensanchamiento del déficit explica en este caso las necesidades de financiación de la nación en el exterior.

¿Qué es la deuda externa?

La deuda externa de un país, tal como lo define el Fondo Monetario Internacional (FMI), comprende los saldos de todos los pasivos frente a no residentes que van a dar lugar a pagos por amortización, por intereses o por ambos. Por lo tanto, incluye todos los instrumentos financieros, excepto las participaciones en el capital y los derivados financieros, ya que estos dos tipos de instrumentos no suponen, necesariamente, la realización de pagos.

La deuda viene a significar, por lo tanto, el saldo vivo de los préstamos pendientes de pago, y que anualmente se concreta en el déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente, y que tan sólo en 2008 ascendió a 104.664 millones de euros. Es decir, la diferencia entre lo que España es capaz de ahorrar y lo que necesita para financiar su actividad económica.

El Banco de España ofrece los datos en términos brutos, por lo que para saber realmente lo que tiene que debe devolver este país hay que restar la cantidad de dinero que los agentes económicos han prestado en el exterior. De esta manera se conoce cuál es la posición de inversión internacional de España en términos netos. Y el resultado es que este país debe en estos momentos 866.700 millones de euros, cerca de 11.000 millones menos que en el último trimestre del año pasado. En cualquier caso, casi cuatro veces más que en 2001. Si se excluye la posición del Banco de España, el desequilibrio roza los 920.000 millones de euros.

El descenso del primer trimestre de 2009 tiene que ver con el progresivo proceso de desapalancamiento de la economía española como consecuencia de la crisis.

Detrás de la imponente subida de la deuda externa se encuentra el fuerte crecimiento económico de los últimos años, que ha requerido ingentes cantidades de dinero. Dicho en otros términos, mientras que España invertía el 30% de su PIB, su capacidad de ahorro apenas ha llegado al 20% del Producto Interior Bruto, lo que explica esos 10 puntos de déficit de la balanza de pagos.